El mundo del fútbol como todo en la vida, ha ido evolucionando y gracias a ello cada vez se ven más entrenadores cualificados para dirigir a un equipo en cualquier categoría. Anteriormente se veía sólo al entrenador, pero ahora se ven muchos cuerpos técnicos a todos los niveles, formado por: primer entrenador, segundo entrenador, preparador físico, entrenador de porteros, etc…
Los entrenadores a día de hoy van buscando rodearse de un equipo de trabajo lo más cualificado posible para formar un gran cuerpo técnico que le ayude a crecer en todos los ámbitos. En este caso nos vamos a centrar en la función del 2º entrenador. La “figura” del 2º entrenador hace unas décadas estaba asociada a la persona encargada de los materiales, que ponía y recogía conos, que iba por balones, petos, etc…
Pero afortunadamente esto ha cambiado bastante y por eso un buen entrenador va buscando en su segundo una serie de pautas que le ayude a mejorar y llevar al equipo a buen puerto. Estas pautas son las siguientes:
- Alguien con la suficiente capacidad, preparación y conocimientos como para no dudar ni un solo momento sobre lo que pueda aportar al cuerpo técnico y a la plantilla.
- Alguien que no te diga lo que quieres oír sino lo que realmente piense y crea que sea lo mejor para el equipo; para ello el nivel de confianza y complicidad que debes tener con esa persona debe ser máximo.
- Elegir a una persona que coincida con tu forma de ver y entender el juego y que comparta tu método de trabajo, porque como se suele decir, “cuatro ojos ven más que dos”, sobre todo en partidos donde la inmediatez a la hora de visualizar o tomar decisiones hace que necesites a esa persona que en un momento dado pueda ver lo que a ti se te escape en cualquier fase del partido.
- Elegir a la persona adecuada para conseguir ese complemento a tu trabajo y que te haga mejor entrenador.
- Alguien que tenga la capacidad de empatizar con los jugadores, ya que muchos jugadores en muchas situaciones suelen tener ese punto de confianza o cercanía que quizás contigo les cuesta más tener y ese nexo es fundamental para la gestión del vestuario.
- Ser capaz de encontrar a esa persona que sé que en mis momentos de soledad lo voy a tener a mi lado.
Así que teniendo en cuenta lo que un entrenador va buscando en su segundo, nos centramos en las funciones que un buen 2º debe de llevar a cabo. Estas funciones son las siguientes:
- Estar capacitado para llevar una sesión de entrenamiento a solas.
- Ayudar al míster en las sesiones, corrigiendo, aportando ideas y en el caso de formar varios grupos, llevar al menos uno.
- Analizar a los rivales profundamente y aportar la visión que se tenga sobre el rival.
- Consensuar con el primer entrenador las alineaciones.
- Explicar a cada jugador lo que queremos de él a lo largo de la temporada y en un partido en concreto.
- Ordenar y corregir los fallos a través de indicaciones durante los partidos tanto en el transcurso de él, como en el descanso.
- Ayudar a que todos los jugadores se sientan cómodos en la plantilla, lo cuál, no es tarea fácil, ya que, cada jugador es un mundo y cada uno tiene su forma de ser y sus problemas.
- Realizar trabajos específicos con los que el míster crea oportuno, para la mejor de dicho jugador.
- Fomentar el buen ambiente e intentar por todos los medios que existan los menores problemas posibles.
- Ser consciente y tener la suficiente humildad para saber que por encima de ti tienes al 1º, y que ese, es el líder del equipo, es el que manda.
En definitiva, por suerte el segundo entrenador ha pasado a ser una persona fundamental y necesario dentro del cuerpo técnico, ya que es aquel que es capaz de llevar el equipo si la situación lo requiere, es el segundo de a bordo en el vestuario, alguien con quién consultar cualquier duda y de plena confianza para el míster.
Muy bueno.